Bien, hace tiempo que no posteaba en este blog. Los múltiples ajetreos por fin de año, el comprometerme en múltiples concursos de internet, amigo invisibles, etc. En fin, no hay excusa que valga, pero mi tiempo de ocio ha estado saturado, pero aquí estoy de vuelta.
Y el motivo, aunque no es el más agradable, pues creo que lo que en estos días está ocurriendo generará un antes y después en lo que a las libertades en internet suponen, según mi punto de vista, no hace más que preguntarme si en un futuro podré opinar y escribir lo que mi conciencia me diga, sin que eso afecte mi libertad de expresión.
Y es que lo que está haciendo el FBI, con toda la novela que ha montado al cerrar Megaupload y la amenaza que se cierne sobre otros servidores como Rapidashare, o webs como Taringa, SeriesYonkies, etc. y cualquier otra web que tenga enlaces de descarga a Megaupload, con la excusa de que son partícipes de una megaconspiración contra el país del Tío Sam, es ridículo.
Pero, vayamos por partes. ¿Es delito descargar una obra de propiedad intelecual (léase, película, libros, series de televisión, música, etc.) por internet sin pagar un dinero para su creador? En principio, SÍ.
Yo que escribo dos novelas a medio comenzar, no me gustaría que nadie se hiciera de ellas en internet, las distribuya por doquier, percibiera ingresos económico por ello y sin pagarme algún ingreso pecunicario por ello. Vamos, no creo que todo lo que a uno le ha costado cierto esfuerzo y dedicación, se haga otro de ello, lucre sin tu consentimiento y tú no recibas ni un duro por ello. ¿Creo que estamos de acuerdo? Hasta allí, todo bien.
Sin embargo, lo que están haciendo el FBI y el gobierno de los Estados Unidos, contra los ciudadanos de otros países, inventándose pseudos conspiraciones contra webs extranjeras me parece denigrante. Si esto va a mayores, puede pasar que los gobiernos de este país y sus aliados digan cuáles webs deben visitar sus ciudadanos y cuáles no. Una cosa es que vayan en contra de la piratería informática, por temas de copyright y demás, y otra cosa es que se creen paranoias de conspiraciones para justificar sus deseos de restringir las libertades de los ciudadanos comunes en internet.
Si a esto se suma que Megaulpoad no sólo tenía albergado material "pirata", sino también archivos privados por las que sus clientes pagaban una suma nada despreciable en su cuenta premium, y nadie se quiere hacerse responsable de devolverles sus archivos, ni mucho menos su dinero, ¿qué le hacemos?
¿Estaremos ante una nueva era en la libertad del uso de internet? Sólo el tiempo nos responderá.
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